El mercado, mediante sus salvajes campañas de publicidad, pretende que el Black Friday y otras jornadas similares arraiguen en nuestras costumbres sociales. Ante este bombardeo, son numerosos los entes sociales que alertan sobre los peligros del consumismo salvaje. Las asociaciones de consumidores/as llaman a hacer frente a estos días desde el sentido común: analizar la necesidad de aquello que vamos a comprar y comparar bien los precios. El movimiento ecologista, da un paso más y propone dar la espalda a estas propuestas y llama a la población a "no comprar" en estos días. Es una huelga simbólica que invita a pensar sobre la estrecha relación consumismo con la emergencia climática y la crisis eco-social que vivimos. El sistema con sus mensajes trata de hacernos creer que la felicidad depende de el consumo, que seremos más felices cuantas mas cosas poseamos. Estas campañas que promueven el consumismo salvaje (Black friday, Ziber monday, el consumo-orgía navideño) son el exponente directo de un sistema basado en el crecimiento descontrolado. Crecimiento que nos conduce al desastre.
Hoy es mas necesario que nunca crear, impulsar, alternativas de consumo transformador. Propuestas que garanticen un futuro más justo y sostenible. "Vivir bien con menos" ha de pasar de ser un lema a una realidad asumida socialmente y a ser el camino, el motor, de esa transformación.
¿que hacer ante el Black friday y las campañas consumistas?. Lo primero, no caer en las garras del monstruo y no hacer compras compulsivas; dar la espalda a las marcas y grandes tiendas que sustentas estas campañas; comprar, solamente, aquello que es necesario (comida), en el mercado publico o en las pequeñas tiendas del barrio; y por último, aprovechar el día para pasear, disfrutar de la naturaleza , de la compañia de amigas/os, leer... gozar de los verdaderos placeres de la vida.
Están encendidas todas las alarmas, cada día que pasa tenemos menos tiempo para hacer frente a la crisis eco-social en que vivimos y a su consecuencia directa: el cambio climático. La respuesta ha de desarrollarse a todos los niveles de manera coordinada, de abajo a arriba y de arriba abajo, para que sea una respuesta eficaz a este sistema que nos aboca al desastre. Una enorme tarea para la que apenas tenemos una década. Ese es el tiempo que nos queda. Ese es el gran desafío de nuestra generación. Animo!
