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  • 20 Mar, 2018

    Día Internacional de la Felicidad.¿Consumimos felicidad?

    ¿Qué nos dicen los 280 spots publicitarios que de media vemos casa día? Los anunciantes nos prometen que, participando en esta sociedad de consumo, conseguiremos la felicidad, pero ¿realmente es así? Ya sabemos que la felicidad edulcorada de los anuncios es inalcanzable, pero ¿es posible al menos ser razonablemente feliz en una sociedad de consumo como la nuestra? En el Día Internacional de la Felicidad, Ekologistak Martxan propone construir una sociedad más respetuosa con el entorno, constructiva, colaborativa, justa y equitativa.Desde 2013, las Naciones Unidas han celebrado el Día Internacional de la Felicidad como reconocimiento del importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo y la necesidad de incluirla en las políticas de gobierno.Aunque la felicidad es un concepto muy influido por factores culturales, hay cierto consenso en que depende de la satisfacción de necesidades humanas universales. Acumulamos una media de 10.000 objetos frente a los 236 que tienen los indios Navajo. SERGE LATOUCHE No somos lo que consumimos, pero lo que consumimos marcara lo que seremos. Sagarrak-Ekologistka Martxan se suma hoy a la celebración del Día Internacional de la Felicidad con la difusión de su campaña '¿Consumimos Felicidad?' donde plantea cuáles son estas necesidades y cómo podemos satisfacerlas. La campaña ¿Consumimos felicidad? se destacan cuatro elementos a partir de diferentes estudios: 1. La calidad de las relaciones sociales es el principal ingrediente para lograr la felicidad de las personas. 2. Aunque el nivel de riqueza, y por tanto de consumo, es un ingrediente importante que influye en la felicidad de cada persona, sólo lo hace hasta un determinado punto: cuando alcanzamos ese punto, la felicidad no solo no aumenta, sino que puede reducirse. 3.La percepción de bienestar es mayor en aquellas sociedades más igualitarias en las que no se produce polarización social. 4.. Tanto al relacionarnos como al observar a las demás, se activan las llamadas neuronas espejo, que facilitan el entendimiento, la solidaridad y la cooperación con las demás. De hecho, el ser humano es fundamentalmente altruista desde su nacimiento, y es el entorno cultural el que puede modificar el comportamiento hacia el individualismo y la competitividad. Por todo esto, Sagarrak-Ekologistak Martxan cuestiona el modelo de desarrollo, producción y consumo actual. Este se caracteriza por crear falsas necesidades que a medio y largo plazo no nos aportan bienestar. En la sociedad consumista todo es susceptible de compra y venta, se mercantilizan todas las esferas de nuestra vida generando insatisfacción crónica, y se menosprecia el papel de la comunidad y los valores de la cooperación, lo colectivo y la solidaridad, que son el secreto de nuestro éxito como especie. Más información: https://consumimosfelicidad.org/ Propuesta para ser feliz.

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